Padilla Bar mezcla la historia de Perú y La Serena en sus cócteles

Padilla Bar mezcla la historia de Perú y La Serena en sus cócteles

Se trata de una propuesta con preparaciones clásicas y de autor, que tiene un enfoque consciente, sustentable y con espíritu social.

El bartender Williams Padilla estaba trabajando en Perú, su país natal, cuando lo invitaron a ser parte de la apertura del restaurante Machu Picchu en La Serena. Tanto le gustó la ciudad nortina, que la hizo su casa y ahora está allí realizando su emprendimiento, el que comenzó en noviembre del año pasado y que hoy, por toda la contingencia, ha tomado más vuelo.   

Así nació Padilla Bar, una propuesta enfocada en representar a su tierra natal y la adoptiva a través de cocktails clásicos y de autor. Se trata de una coctelería consciente, sustentable y con espíritu social, esto porque los insumos que utiliza se aprovechan al máximo para evitar mermas y porque las botellas son 100% recicladas, las cuales son sometidas previamente a un minucioso proceso de desinfección. Por otro lado, el 10% de las ventas mensuales se destinan para comprar alimentos no perecibles para las personas en condición de calle, para así ayudar de alguna forma en medio de esta crisis sanitaria producto del coronavirus.  

Como era de esperar, el pisco sour es su especialidad, más cuando sabes que en el 2012 fue campeón nacional de un concurso de esta receta realizado en Perú. Además, es embajador del pisco sour en La Serena y representante de un grupo de bartenders peruanos radicados en Chile. Entonces, ¿con qué te encuentras? Con una preparación de buena acidez y consistencia elaborada con pisco acholado, zumo de limón de pica y un jarabe de la casa, la que también puedes pedir en su versión maracuyá.   

Siguiendo con los clásicos, otro es una aromática, cremosa y power Piña Colada y una golosa Algarrobina, que nace de la combinación de pisco acholado, licor de cacao, miel de algarrobina, jarabe de goma de la casa y leche evaporada.  

Ahora, dentro de las creaciones propias está Bingham 1911, una fresca, especiada y algo efervescente preparación en honor al descubridor de Machu Picchu que va con Jim Beam, aperol, mix de cítricos, shurb de papas andinas y ginger ale. Otra es Inty Wañuy, inspirada en el último eclipse total visto en La Serena el año pasado. Por eso, su entretenido montaje, ya que el vaso debe ir sobre una luz led, que se vende aparte (aunque también de algo sirve la del celular), puesto que así podrás ver cómo la mezcla de pisco acholado, frutos cítricos y jarabe de papaya va tomando color mientras el hielo, una esfera de chicha morada, se va derritiendo. Un cocktail no sólo lúdico, sino también bien equilibrado en que lo dulce convive con lo amargo.  

Todo esto llega en packing bien cuidado, con las indicaciones y todos los detalles, como garnishs, esferas de hielo y vajilla correspondiente, para así vivir la experiencia lo más completa en tu casa.   

Fotografía: @dela.photo 

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